'Todo lo que nunca te dije'

La etapa de enamoramiento acaba en todas las relaciones y eso es algo inevitable. Distinguir entre no querer más a alguien o haber entrado en la etapa de ‘amor real’, es complicado. Ya no sientes pasión, caos, intensidad, e incluso, mariposas en el estómago. Ahora, la paz y la estabilidad son las que entran en la ecuación, pero ¿por qué el ser humano se aburre con ello?

Miranda siempre se consideró una chica sencilla, tranquila y amante de la estabilidad. Ahora, está en su último año de carrera así que le falta poco para por fin irse a vivir con su pareja de hace casi seis años, Raúl.

Pero como nada es perfecto en esta vida, Miranda se da cuenta de que hace meses que tiene sentimientos encontrados acerca de él. Se ha dado cuenta de que son víctimas de la aburrida rutina en el amor.

¿Quiere realmente irse a vivir con él?

¿Es normal que ya no sientas mariposas?

¿Es el hombre de su vida?

En medio de todo este remolino de emociones confusas aparece Hugo. A ella le llama la atención desde el principio. ¿Sentir atracción por otra persona supone que lo de Raúl y ella ya está muerto del todo? Su cabeza le dice que sí, pero algo dentro le grita que intente salvar su relación una última vez.

¿Hará caso a su cabeza o a su corazón?